• LAS PRIMERAS INVESTIGACIONES HABLAN DE QUE ES UN FEMINICIDA SERIAL. AL PARECER MATÓ AL MENOS A 20 MUJERES DE QUIENES PRIMERO ABUSÓ.
• SE PRESUME QUE SUS VÍCTIMAS PUDIERAN SER ESTUDIANTES, LABORATORISTAS, TRABAJADORAS SEXUALES Y COLEGAS DE PROFESIÓN

Miguel Cortés Miranda, quien después de abusar sexualmente de la jovencita María José, en la alcaldía Iztacalco, en Ciudad de México, resultó ser un asesino serial .

Al catear el domicilio de este sujeto, de profesión Químico, encontraron sierras y varios cráneos de mujeres, a quienes se presume habría asesinado y descuartizado.

Miguel Cortés Miranda fue detenido después de que asesinara a María José, de 17 años, tras abusar de ella dentro de una vivienda de la colonia La Cruz Coyuya, en la alcaldía Iztacalco de la Ciudad de México.

El sujeto, de 39 años, de profesión Químico Farmacobiólogo, esperó a que Cassandra, la madre de la joven María José, saliera de su casa, en un video se puede ver al sujeto arribando a la vivienda en donde minutos después abusaría de la joven y la asesinaría a puñaladas.

Al parecer la madre de María José regresó rápidamente a la casa, por lo que encontró a Miguel abusando de su hija. El sujeto tras ser descubierto comenzó a agredir a las dos mujeres con una navaja, por lo que la joven murió debido a ello, mientras que su madre herida pero con ayuda de los vecinos lograron someter y detener al individuo, por lo que llamaron a los servicios de emergencia, y como primeros respondientes llegaron elementos de la Policía capitalina.

Tras su detención, agentes de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ingresaron a su departamento, donde localizaron siete cráneos humanos, aparentemente de mujeres y varias identificaciones precisamente de mujeres.

Las primeras indagatorias hablan de que es un feminicida serial, ha asesinado al menos a 20 mujeres de quienes primero ha abusado, sus víctimas serían estudiantes, laboratoristas, sexoservidoras y compañeras de trabajo.

También se sabe que descuartizaba a todas sus víctimas para que no quedaran pruebas de sus horrendos crímenes.