La Semana Santa en México es mucho más que una festividad religiosa; es una expresión arraigada en nuestra cultura que se manifiesta a través de una rica tradición culinaria. La conexión entre la Cuaresma y la comida de mar es un testimonio vivo de esta fusión entre lo espiritual y lo gastronómico.

Durante la Semana Santa, la abstinencia de carnes rojas es una práctica común entre los fieles católicos, sin embargo, la importancia de los platillos a base de pescado, impulsado también por el calor de la temporada, también se ha convertido en una tradición gastronómica laica. Es aquí donde emerge en especial el bacalao, como protagonistas en nuestras mesas.

Recetas típicas mexicanas, transmitidas de generación en generación, son parte integral de nuestro legado culinario. El aroma de los guisos de bacalao impregna los hogares mexicanos, recordándonos que la Semana Santa no solo es un tiempo de reflexión espiritual, sino también una ocasión para celebrar nuestra identidad cultural a través de los sabores que nos unen como pueblo.

El bacalao noruego en la tradición culinaria de Cuaresma

La introducción del bacalao en México durante la época de la conquista por parte de los españoles lo convirtió en una opción apropiada para cumplir con las normas de abstinencia de carne durante la Cuaresma. Este pescado, seco y salado, se ha arraigado en la gastronomía mexicana como un elemento esencial durante este periodo, fusionando la herencia europea con las tradiciones culinarias locales.

El bacalao, con su calidad y sabor distintivos, ha ganado reconocimiento en la escena gastronómica mexicana, y su asociación con la Cuaresma y la Semana Santa refuerza su papel como un ingrediente significativo en la celebración de esta temporada.

¿Cómo preparar bacalao noruego durante esta temporada?

Es sabido que el consumo de comida de mar es una tradición durante la Cuaresma y Semana Santa, con platillos como las empanadas de vigilia, rellenas de distintos guisados de comida proveniente del mar.

También, durante esta temporada, suelen prepararse las «7 cazuelas de la Cuaresma», que consiste en la elaboración de siete platillos distintos como parte de su tradición religiosa. Además de la tradicional capirotada, habas, lentejas, o bebidas como el “agua de Obispo” entre otras, el filete de pescado es una de los 7 platillos que se preparan en esta celebración, y es uno de los más consumidos.

En este contexto, el bacalao noruego se convierte en una elección especialmente relevante, debido a su versatilidad y a la facilidad de preservación.

El bacalao, al ser carnoso y tener pocas espinas, puede adaptarse y ser preparado de diversas maneras, como freírlo, asarlo a la parrilla o cocinarlo escalfado o pochado. Su sabor, que resalta los ingredientes utilizados, lo vuelven perfecto para las recetas tradicionales de las diferentes gastronomías en México. Además, el bacalao es una opción baja en grasas saturadas, rica en aceite Omega 3 y una excelente fuente de vitaminas y minerales.

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